La mayoría de la población pasará al menos un episodio en su vida de caída capilar. La Alopecia Androgénica es la causa más común de caída capilar tanto en hombres como en mujeres. Podemos comprobar en consulta que es un trastorno estético que causa mucha inquietud y preocupación a todos, tanto hombres como mujeres, y a cualquier edad. Pero lejos de ser un trastorno meramente estético tenemos que saber que la gran mayoría de las personas que consultan por caída capilar pueden tener de base ciertos problemas endocrinos o metabólicos que son la causa de esa caída capilar que le está produciendo un perjuicio estético.
Es por ello que cuando la padecemos nos preguntamos las razones que pueden influir para que esto ocurra, nos preguntamos si estamos haciendo algo de forma equivocada, nos inquieta no saber si es una cuestión pasajera o será algo más definitivo y nos interesa saber cómo poner remedio a esta situación. Hoy te expongo las causas más habituales de caída del cabello, cómo evitarla, de qué enfermedad puede ser una manifestación esta caída capilar y te daré algunas herramientas para mejorarla.
Causas de la Alopecia
Antes que nada tenemos que definir qué es la Alopecia. Se entiende como la caída capilar que ocurre de forma progresiva o crónica produciendo una disminución de la densidad capilar generando una desaparición del pelo de forma difusa o localizada. Es importante diferenciarlo de la caída fisiológica natural del pelo que vamos teniendo diariamente y que se debe a que el pelo es una estructura viva de nuestro organismo y como toda estructura celular está sujeta a un obligatorio recambio.
El cuero cabelludo contiene un promedio de 100.000 a 150.000 cabellos. A diario, perdemos aproximadamente 100 cabellos diarios. La vida media de cada pelo suele ser de unos 4,5 años, durante los cuales crece alrededor de 1,25 cm al mes. El cabello se cae al quinto año y es reemplazado por uno nuevo en un período de 6 meses. Este ciclo es lo que se conoce como las fases de crecimiento capilar: Anagen, Catagen y Telogen.
La pérdida o ausencia de cabello se desarrolla de manera gradual, afectando al individuo de forma difusa o presentándose en parches o por zonas.
Podemos encontrarnos con causas fisiológicas no mediadas por una enfermedad sino que responden a un proceso natural como puede ser la Alopecia Androgénica cuya causa es un componente genético familiar, la alopecia Senil que es la que todos vamos sufriendo por el mero hecho de envejecer, es por ello que las personas mayores suelen tener una densidad capilar menor que una persona joven, la alopecia que sucede en períodos de cambios como la menopausia o el pos parto y las estacionales incluso que son esos períodos del año donde tenemos una mayor caída capilar.
Luego tenemos las alopecias que se producen por un factor patológico o están mediadas por una enfermedad como puede ser la Alopecia Areata, que se calcula afecta entre el 0.1-0.2% de la población mundial; las alopecias carenciales por falta de ciertos nutrientes, las Infecciosas que se originan por alguna enfermedad concreta, las que son producidas por fármacos como las que suceden en los procesos de quimioterapia y otras como las psicógenas que están originadas por un trastorno psiquiátrico de determinados pacientes. Hoy nos centraremos en las más comunes en consulta médica como son la Alopecia androgénica, las de origen hormonal y aquellas producidas por estados carenciales de nutrientes y por último la alopecia Areata, sobre la que daré algunos datos para detectarlas pero por su especificidad y amplitud clínica no trataremos en profundidad.
¿Cómo podemos evitar la caída capilar?
Evitar o retrasar la caída capilar dependerá del tipo de Alopecia que estemos tratando. Es por ello que abordaremos las posibles soluciones a medida que vamos describiendo los tipos de Alopecias más comunes.
La alopecia androgénica: su causa fundamental es la genética que nos predispone hacia la incapacidad del organismo para continuar con el ciclo normal de crecimiento capilar que ha tenido en su etapa de juventud, no se produce por una pérdida excesiva sino por una falta de renovación capilar. Puede ocurrir tanto en hombres como en mujeres pero su incidencia en la población masculina es mayor. En el varón, la alopecia comienza en la pubertad, normalmente acompañada de seborrea.
El primer cambio es la recesión en la zona bitemporal de la implantación del cabello. Se calcula que sobre el 25% de los varones empiezan a presentar calvicie alrededor de los 30 años de edad y alrededor de las dos terceras partes tienen un patrón de calvicie o presentan calvicie a la edad de 60 años. La causa fundamental son estos factores genéticos a los que tenemos que sumar los hormonales. La aparición de este tipo de Alopecia está inducida por los andrógenos que empiezan a ser producidos por el organismo del varón en la pubertad.
Aunque todos los varones producen andrógenos, el hecho de que unos desarrollen alopecia androgénica y otros no depende básicamente de sus condicionantes genéticos. Este tipo de alopecia es familiar, pudiendo presentar una caída progresiva y de forma crónica hasta la finalización del ciclo establecido genéticamente. La solución en estos casos será meramente sintomática, tendremos que atajar la caída ya sea con fármacos o en algunos casos si el paciente así lo decide, se podría plantear el injerto capilar si cumpliera las condiciones para abordar la caída con este tratamiento.
Las Alopecias de origen hormonal son las que nos podemos encontrar sobre todo en mujeres tras el parto, en la perimenopausia y en la menopausia. Son épocas de cambios hormonales que pueden, en algunas ocasiones afectar entre otras cuestiones al crecimiento capilar produciéndose una disminución de dicho crecimiento, así como un aumento de la caída evidenciándose una merma en la densidad capilar. Estos casos se suelen valorar individualmente debido a la variabilidad de factores condicionantes.
A grandes rasgos podemos resaltar que hay ciertos signos que se cumplen en la mayoría de los casos como son que la caída suele suceder de forma difusa y se nos hace evidente porque notamos un cambio no solo en la cantidad capilar sino también en la calidad del pelo, haciéndose algo más fino y quebradizo. Hay que aclarar que la menopausia no indica por sí misma que tenga que existir una alopecia, pero en algunos casos el disbalance hormonal generado por un exceso de andrógenos puede producir esta caída capilar. Si una mujer en época de la Menopausia presenta una pérdida capilar importante y brusca debemos buscar otras causas
En el caso del posparto la alopecia suele iniciarse entre el mes y los cuatro meses tras el mismo. Puede durar hasta un año aunque lo habitual es que cese a los 6-8 meses. Esto se debe a que existe un disbalance hormonal fisiológico en el tercer trimestre del embarazo, presentándose una elevación estrogénica que desequilibra el balance estrógenos/andrógenos disminuyendo la caída capilar y al dar a luz se suele normalizar la situación y el pelo que no se ha perdido previamente se pierde junto al pelo que corresponde en esa etapa, lo que conlleva a una disminución de la densidad capilar. Algunas veces la alopecia pos parto puede ser el inicio de una alopecia androgénica.
Las alopecias derivadas de estados carenciales nutricionales son muy frecuentes en la consulta médica. Inicialmente el paciente consulta por la pérdida capilar y posteriormente tras realizar de forma correcta la historia clínica podemos evidenciar que el paciente puede tener un déficit nutricional por encontrarse en época de mucho estrés, realizando mucho deporte, haber pasado por períodos de restricciones de la ingesta calórica debido a un régimen nutricional o porque puede estar sufriendo un hipotiroidismo subclínico donde una de sus manifestaciones puede ser la caída capilar.
En el caso más común, que suelen ser los regímenes estrictos hipocalóricos, se ha podido comprobar que dietas de 500 calorías producen alopecias por restricción calórica. Estos efectos empiezan a comprobarse de 1 a 6 meses del inicio de la dieta.
La gran mayoría de las veces estas caídas suelen ser secundarias a ferropenia, por depleción de las reservas de hierro, hipoproteinemias consecuentes de regímenes hipocalóricos con bajo consumo de proteínas y ácidos grasos esenciales, déficit de vitamina C, Zinc, cobre o biotina.
La Alopecia Areata
Es una enfermedad autoinmune, que suele presentarse en forma de placas o áreas alopécicas asintomáticas, no inflamatorias y no cicatriciales localizadas generalmente en el cuero cabelludo, aunque también puede extenderse a otras zonas como la barba. Puede aparecer a cualquier edad, aparece por igual medida a hombres y mujeres y es más habitual en la población caucásica. Se estima que afecta a una de cada mil personas y hasta un 8% de los afectados la padece de forma crónica.
En algunos casos, este tipo de alopecia puede progresar hasta la desaparición total del cabello presentándose una alopecia universal. Los folículos pilosos no quedan destruidos, el pelo puede volver a crecer, si bien son frecuentes las recidivas en pacientes que la han padecido alguna vez. El tratamiento se suele centrar en el uso de corticoides vía oral, intralesionales o tópicos dependiendo de cada caso. En ocasiones es preciso pautar un tratamiento utilizando Inmunomoduladores.
El tratamiento en los casos de las alopecias Areatas dependerá de la zona afectada, del tamaño de las placas, de las circunstancias desencadenantes en cada paciente y de sus antecedentes clínicos. Hay que individualizar el tratamiento y recurrir a un profesional para orientarlo de la forma más correcta y efectiva.
¿Cuál sería el tratamiento adecuado para combatir la alopecia?
No existe un solo tratamiento ya que dependerá tanto del paciente y de sus condiciones de salud, así como del tipo de alopecia que le aqueja y queremos tratar. Lo más importante es ponernos en manos de un profesional para realizar un buen diagnóstico y así un correcto tratamiento.
El tratamiento será distinto si queremos abordar el caso de hombres y mujeres. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es confirmar la clínica de pérdida de cabello por la exploración, realizar una anamnesis detallada y en muchos casos es imprescindible una analítica en la que valoraremos factores hormonales como los niveles de testosterona, la dihidrotestosterona, la DHEA, la DHEA-S, Prolactina, SHBG o globulina transportadora de hormonas sexuales, estradiol, hormonas y función tiroideas, niveles de cortisol, Proteinograma, lípidos, valores de insulina, hemoglobina glicada, vitamina B12, así como metabolismo del hierro entre otros. Según la sospecha clínica solicitaremos los valores analíticos correspondientes.
Tratamientos en el caso de las alopecias androgénicas
Podemos utilizar tratamientos tanto tópicos como sistémicos o ambos según el caso. Dentro de los tratamientos tópicos más utilizados está el Minoxidil al 2 o 5% dos veces al día. Este tratamiento está aprobado su uso también en mujeres con alopecia androgénica. Y como tratamiento por vía oral se suele utilizar el Finasteride en hombres o en mujeres en menopausia.
El Minoxidil es un vasodilatador potente de acción selectiva sobre el territorio arterial. Estimula el crecimiento capilar ya que incrementa el flujo sanguíneo como resultado de la inducción de la vasodilatación. El 35% de la dosis absorbida es eliminada por el riñón en los 4 días posteriores a la aplicación. Como todo fármaco puede tener reacciones adversas que suelen ser leves como: producir reacciones de hipersensibilidad, dermatitis de contacto, prurito, ardor e inflamación local.
Finasteride: se utiliza también como agente en el tratamiento de la HBP (hiperplasia benigna prostática) y como estimulante del crecimiento capilar. Este fármaco inhibe el enzima 5-alfa reductasa, que convierte la testosterona en DHT, esencial para que se cumplan ciertas acciones androgénicas. El fármaco se presenta en el mercado en forma de comprimidos para administración oral. Las dosis a administrar dependen del paciente a tratar. Para el tratamiento de la alopecia se recomienda una dosis máxima de 1 mg en adultos aunque se han observado la conservación de los efectos con hasta 0,5 mg. Como efecto adverso el tratamiento puede producir dolor abdominal, disminución de la libido, diarrea, impotencia, dolor de cabeza, etc. No es apto para mujeres en edad fértil pero puede utilizarse en la posmenopausia con asesoramiento médico en todo caso.
Según los estudios clínicos se ha demostrado una mayor efectividad en el tratamiento de la alopecia androgénica combinando el uso de Minoxidil por vía tópica y de Finasteride por vía oral, por lo que en muchas ocasiones es interesante su uso conjunto dependiendo del caso concreto. Existen también otros tratamientos adyuvantes como la Mesoterapia con micro inyecciones de Dutasterida, el uso del PRP, las micropunciones con activos revitalizantes y terapias LED entre otras.
Tratamiento para los casos de alopecias hormonales
Éste irá encaminado a solventar la situación clínica del desequilibrio hormonal específico de cada paciente. Se podrán usar fármacos tópicos como el Minoxidil y su asociación con Mesoterapias de estimulación capilar pero teniendo en cuenta que hay que resolver la causa que origina la caída y procurar el equilibrio hormonal para garantizar el éxito de los tratamientos con los que decidamos abordar la pérdida capilar.
El tratamiento para los casos de Alopecias por déficit nutricionales
Las pérdidas capilares asociadas a Anemias, Hipoproteinemias, bajos niveles de nutrientes esenciales como los ácidos grasos o falta de vitaminas y minerales las debemos abordar con un adecuado plan nutricional, así como con la suplementación adecuada en cada caso aportando dichos nutrientes conjuntamente con una variabilidad de alimentos que cumplan con los requerimientos específicos de cada paciente en función de su actividad diaria y el déficit desde el que partimos.
Dentro de los suplementos más utilizados y que suelen dar un buen resultado están:
-Ácido Fólico: El folato tiene varias funciones, dentro de las más importantes está ayudar en el crecimiento de los tejidos y en el trabajo celular, es por ello que es muy importante que no se encuentre en déficit en el embarazo para, entre otras cosas, favorecer el crecimiento celular del feto. También actúa junto con la vitamina B12 y la vitamina C para ayudar al organismo a descomponer, utilizar y crear nuevas proteínas. El ácido fólico es importante para paliar la caída capilar cuando está en déficit, pero cuando no lo está puede producir el efecto contrario y producir caída.
-L-Cistina: interviene en la síntesis de Queratina ayudando así a que el pelo sea más consistente, las dosis recomendadas van de entre 500 a 1000 mg entre 3 a 6 veces por semana.
-Vitamina B12: suele usarse como terapia complementaria a las utilizadas en la caída capilar ya que influye en la mejoría de las crisis depresivas propias de las hipovitaminosis, que suelen estar asociadas a la Alopecia.
–La Biotina Vitamina B7 o vitamina H: mejora la formación de queratina y la fragilidad ungueal.
-Ácido Pantoténico o vitamina B5: mejoran las alopecias cuando se utiliza en terapias infiltrativas en cócteles de revitalización capilar aplicándose de forma mensual hasta un máximo de 6 meses.
-El Hierro: utilizado en casos de alopecias por sideropenia que se presentan en mujeres en edad fértil que tienen pérdidas fisiológicas por la regla, aquellas que se han encontrado en regímenes restrictivos o con poca variabilidad nutricional así como las que han realizado dietas hipocalóricas que no reciben el aporte de hierro necesario. Niveles séricos menores de 40 ng/ml se relacionan con un aumento de caída del pelo en fase telogénica.
-Saw Palmeto: Seronoa Rapens es el único producto botánico que inhibe la conversión de testosterona a 5 alfa-DHT en los folículos, habiéndose demostrado un aumento del crecimiento del pelo en hasta el 60% de los varones con alopecia moderada. Hay que tener en cuenta que este fue uno de los primeros estudios pero la muestra de pacientes era reducida, fue realizado en 10 varones con alopecia androgénica (Estudio Clínico de Prager y colaboradores 2002).
Remedios sencillos para prevenir la caída capilar
Teniendo en cuenta que algunos tipos de caída capilar son inevitables, os daré algunos consejos para evitar aquellas en las que podamos intervenir o ralentizar aquellos tipos de caídas que son inevitables.
1º.- Huye de las dietas hipocalóricas y restrictivas ya que ello implica una pérdida de nutrientes importantes y nuestro ciclo capilar necesita variabilidad en la alimentación para crearse, mantenerse y crecer con normalidad. La falta de nutrientes nos llevará inevitablemente a estar lejos de una buena salud capilar. No a las dietas restrictivas.
2º.- Es importante detectar la enfermedad que nos pueden estar afectando y produciendo la caída. Hasta que esta cuestión no esté solucionada no podremos tratar la caída. Hay que hacerlo de forma conjunta o cada cosa a su debido tiempo. Asesórate por un profesional.
3º.- Mantén hábitos saludables de mantenimiento de biorritmos y ejercicio físico. Es muy importante conservar el ritmo y calidad del sueño ya que cuando dormimos reparamos el daño celular, por ello es imprescindible respetar el descanso. El ejercicio físico actúa como antioxidante y potencia las funciones de reparación propias de nuestro organismo. Ejercítate, duerme y descansa.
4º.- Controla tu estrés. La secreción hormonal generada por períodos prolongados de estrés no es beneficiosa en general para ninguna de las funciones de nuestro organismo. Intenta gestionarlo.
5º.- Vigila algunos fármacos ya que muchos de ellos que son de uso habitual pueden tener como efecto adverso la caída capilar. Los anovulatorios orales, el litio, algunos anticoagulantes como heparina o Warfarina, beta-bloqueantes, haloperidol, gentamicina, o exceso de vitamina A o retinoides por ejemplo. Si son fármacos pautados por un profesional para una determinada patología sin duda es importante que sigas el tratamiento ante todo, pero ten en cuenta que pueden producir caída capilar para que mimes el cuidado de tu pelo, tengas una rutina capilar y no descuides tu alimentación para amortiguar estos efectos indeseados.
6º.- Cuidado con productos tóxicos capilares o con exceso de remedios caseros para el cuidado del cabello. Algunos tóxicos dañan nuestra piel y nuestro cabello y en ocasiones recurrimos a remedios caseros cuya formulación no es la adecuada ni necesaria para que realmente penetre en la fibra y lo que conseguimos es taponar los folículos y provocar un mayor daño. Por ello te aconsejo que utilices productos adecuados y específicos para el cuidado capilar.
Conclusión
Hemos visto los tipos de alopecia que se suelen presentar con mayor asiduidad. Todos sufriremos a lo largo de la vida algún episodio de caída capilar, por lo que diariamente es una de las consultas más demandadas. En este artículo tienes información para aproximarte al diagnóstico, tratamiento y consejos que te pueden servir para orientarte en una preocupación tan frecuente para todos.
Te aconsejo que antes de invertir mucho dinero comprando tratamientos o suplementos sin saber lo que ocurre realmente, en la gran mayoría de los casos, es necesario dejarnos asesorar por un profesional que realice una correcta historia clínica, un enfoque adecuado de lo que te puede estar sucediendo y sepa diagnosticar y tratar correctamente tu caso. No olvides que la caída capilar es multifactorial y esto condiciona y dificulta su adecuado tratamiento. Algunas veces los atajos no son el mejor camino.