En este artículo vamos a conocer más a fondo la diabetes tipo 2, una de las patologías que ha cobrado más auge en los últimos años y que afecta a 300 millones de personas en el mundo, lo que significa que más del 10% de la población adulta la padece. Es una enfermedad que conduce al síndrome metabólico, con todas sus consecuencias derivadas (a nivel hormonal, cardiovascular, neuronal, inmunológico etc.).
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¿Cuál es la diferencia entre la diabetes tipo 2 y la diabetes tipo 1?
En el siglo XXI padecemos una epidemia de diabetes tipo 2. A diferencia de la de tipo 1, que normalmente se produce en la infancia y es un proceso autoinmune por el cual el páncreas deja de liberar insulina, la diabetes tipo 2 es multifactorial. Se ha observado que solo un 10% de esta enfermedad tiene un condicionante genético y el 90% restante de las causas son condicionadas por el medio ambiente: nutrición, estilo de vida, suplementación, descanso, exposición a fármacos, alteración de la flora intestinal, etc.
¿Cómo se manifiesta la diabetes tipo 2?
Principalmente con una elevación de la glucosa en plasma. En la diabetes tipo 1 también hay esa elevación de la glucosa pero de manera más elevada (niveles de 200-400 mg/dL). En la diabetes tipo 2 la elevación de glucosa en plasma es de manera paulatina: 120-140-150-180-200 mg/mL de forma que el organismo cada vez tiene más glucosa teniendo una serie de consecuencias principalmente metabólicas.
La diabetes tipo 2, aunque su expresión principal es la elevación de glucosa, esta elevación es la consecuencia final de que metabólicamente, hormonalmente, inmunológicamente y neuronalmente el organismo está llegando a un límite.
Por lo tanto, la diabetes tipo 2 es la expresión de ese fracaso metabólico, inmunológico, neuronal y hormonal en el organismo.
Diabetes tipo 2 y resistencia periférica a la insulina
Una persona con una buena sensibilidad a la insulina tiene los receptores periféricos con correcta sensibilidad (principalmente a nivel muscular y hepático), lo que significa que por poca cantidad de insulina que libere el páncreas, la insulina atrapará esas moléculas de glucosa que habremos ingerido y entrarán a través de los receptores a las células de forma que la glucemia se estabilizará en cuestión de pocos minutos.
Por contrapartida, como consecuencia de malos hábitos a lo largo de la vida, la alta ingesta de hidrato de carbono de alto índice glucémico, pérdida de masa muscular, estrés físico o emocional, mal descanso o alteración de la flora intestinal, puede existir una alteración paulatina de los receptores a la insulina de forma que cuando la persona ingiere hidratos de carbono, la cantidad de insulina que libera el páncreas no es suficiente y cada vez tiene que liberar más para conseguir normalizar la glucosa en plasma.
La medicina convencional trata la patología cuando en la analítica la glucosa está en 140-150 mg/dL mediante el uso de fármacos. Que la glucosa haya llegado a ese nivel es la expresión final de que todos esos procesos metabólicos han ido fallando desde hace 10-15 años, de forma que poco a poco se ha ido gestando una resistencia a la insulina, y el páncreas ha tenido que ir liberando cada vez más insulina hasta que ya no ha sido posible normalizar la glucemia.
Por lo tanto, cuando observamos en la analítica los niveles de glucemia considerados ya patológicos hay que tener en cuenta que previamente durante años ya han existido episodios metabólicos, endocrinos o inmunológicos que son los que dan tarde o temprano a todo el espectro denominado síndrome metabólico asociado a la diabetes tipo 2. Se puede observar una tendencia al síndrome metabólico y actuar en esta fase en vez de esperar a que los niveles ya sean tan elevados que haya que tratar con fármaco.
Por lo tanto, la diabetes tipo 2 es la consecuencia de un fallo metabólico en la que existe de base una resistencia insulina y esa resistencia a la insulina da lugar al síndrome metabólico que tantas patologías lleva asociadas como: elevación de la presión arterial, elevación del colesterol LDL, disminución del colesterol HDL, aumento de los triglicéridos, aumento de la viscosidad sanguínea con mayor predisposición a trombosis, aumento de la grasa central asociada a la grasa visceral y de ahí el riesgo a padecer hígado graso, etc.
Analizando las patologías, el aumento de la presión arterial o procesos autoinmunes son patologías que están en auge en nuestra sociedad. Hay muchas personas, a partir de los 30-40 años, con muchas de estas patologías y que constantemente van tomando un fármaco más para paliar cada síntoma: aumento de ácido úrico, aumento de la presión arterial, etc. Sin embargo todo esto son expresiones que se pueden corregir con hábitos nutricionales, con deporte, con descanso y con pequeños suplementos naturales.
Diabetes tipo 2 y metainflamación
La metainflamación o inflamación crónica de bajo grado se encuentra asociado al síndrome metabólico y la diabetes tipo 2. Se caracteriza por un estado de inflamación crónico a lo largo de todo el organismo que genera la liberación de moléculas denominadas citoquinas (proinflamatorias), que dan lugar a inflamación en todo el organismo, de forma que la persona con diabetes tipo 2 o síndrome metabólico va a tener dolores desde que se levanta en articulaciones, músculos, dolores de cabeza, tendrá dificultad para entrenar, se levantará con poca energía, etc. Y poco a poco se va desarrollando una inflamación que puede desembocar en procesos inmunológicos, como procesos hipotiroideos o artritis reumatoide.
Diabetes tipo 2 y neurodegeneración
Dentro de las patologías asociadas a la diabetes tipo 2 están los procesos asociados a la neurodegeneración. Cuando el organismo no es capaz de metabolizar correctamente la glucosa, esta se deposita en proteínas que tenemos en el organismo, como pueden ser la de las venas, arterias o las que hay a nivel neuronal. Esto va produciendo un proceso que se denomina glicación de proteínas que genera mayor oxidación y hace que las proteínas del organismo cada vez sean menos elásticas y menos rígidas. La diabetes tipo 2 se encuentra muy asociada a procesos neurodegenerativos como el párkinson, esclerosis múltiple o alzheimer, enfermedad que se denomina actualmente diabetes tipo 3. De ahí el impacto de no controlar a lo largo de nuestra vida el consumo de hidratos, su gasto y la sensibilidad a la insulina.
¿Cómo se diagnostica la diabetes tipo 2?
A nivel analítico:
- Glucosa en ayunas elevada. Como a diferencia de la diabetes tipo 1, no genera esa elevación masiva de glucosa en sangre, y los niveles de glucosa van elevándose de forma más paulatina, la medición se debe repetir varias veces e incluso realizar una curva de glucemia en la que se realiza carga de glucosa y se va midiendo para ver cómo el organismo ha controlado la glucosa.
- Niveles de insulina en ayunas elevados.
En cuanto a los síntomas:
- Poliuria: generación de mucha orina. Esto se debe a que el organismo necesita expulsar la glucosa.
- Cansancio
- Polifagia: hambre ya que aunque se coma mucho hidrato, al haber resistencia en los receptores periféricos a la insulina, la glucosa no entra en las células ni tampoco aminoácidos esenciales ni ácidos grasos esenciales.
- Polidipsia: sed constante a causa de la poliuria.
- Mala cicatrización
- Infecciones recurrentes como aftas, pequeños herpes…
Conclusión:
La diabetes tipo 2 es un proceso cuya causa es multifactorial y que puede tener un impacto en la salud muy severo a nivel neuronal, cardiovascular, metabólico, endocrino e inmunológico y que se puede corregir con fármacos, pero tened muy presente que se puede superar con una nutrición balanceada, descanso, deporte y con suplementos.
