Las enfermedades autoinmunes son un conjunto de patologías en las cuales el sistema inmunológico genera anticuerpos que atacan a nuestras propias células.
Cuando hablamos del funcionamiento del organismo tenemos que hablar del funcionamiento de diferentes sistemas: el endocrino, el sistema nervioso, el sistema intestinal y también el sistema inmunológico. Lo más importante a la hora de empezar a hablar del sistema inmunológico es que sepas que hay dos tipos de disfunciones que pueden existir alrededor del mismo:
La inmunosupresión
La inmunosupresión significa el proceso por el cual el sistema inmunológico se deprime como bien indica la palabra y el organismo es más proclive a patologías infecciosas, infecciones de gripe, neumonía, bacterias, patógenos, cándida, hongos, etc. La inmunosupresión se puede producir por muchísimas circunstancias: por una caquexia, por desnutrición, por falta de proteínas, porque has bajado rápidamente de peso o porque te encuentras en un estado de catabolismo por exceso de cortisol.
Existen muchas variables que pueden generar una supresión e incluso los propios inmunosupresores que se dan a las personas a las cuales se les ha trasplantado un órgano, de forma que en un intento de que el organismo no rechace a ese hígado, a ese riñón o el pulmón que te acaban de trasplantar, se le incorpora dentro de todos los fármacos inmunosupresores, corticoides, ciclosporina. Esto se hace buscando que no existan anticuerpos que puedan generar un rechazo en ese órgano. Todo esto sería un desequilibrio del sistema inmunológico hacia la inmunosupresión.
Hiperactividad del sistema inmune
La hiperactividad del sistema inmune lleva a una alta producción de anticuerpos y acaba en enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple, la esclerosis lateral amiotrófica, la hepatitis autoinmune, la enfermedad de Hashimoto, la colitis ulcerosa, la celiaquía, la enfermedad de Crohn, etc.
Existen hasta más de 100 enfermedades actualmente diagnosticadas como enfermedades autoinmunes o de base autoinmune, y principalmente lo que quiero que sepas es que los desequilibrios y las alteraciones del sistema inmunológico principalmente pueden mirar hacia esas dos vías: o bien hacia la inmunosupresión o hacia la hiperactividad generando enfermedades autoinmunes.
Existen ocho factores que pueden conducir o generar una alta predisposición al desarrollo de estas enfermedades autoinmunes. Empecemos hablando de qué son las enfermedades autoinmunes y de cuándo en la comunidad científica se empezó a hablar de este tipo de patologías. Hace 50-60 años aproximadamente se empezaron a estudiar molecularmente las bases que existen alrededor de estas enfermedades autoinmunes. Fue Garnett en los años 60 el primero que habló de las rutas moleculares de las enfermedades autoinmunes, de hecho, recibió un Premio Nobel alrededor de su teoría, que es la teoría del clon prohibido.
Esto quiere decir que el sistema inmunológico siempre tiene la capacidad para reconocer aquellos linfocitos, que son unas células que tenemos en nuestro sistema inmunológico, que en principio atacarían a nuestras propias estructuras. El organismo va a tener la capacidad para reconocer esos linfocitos que se fabrican y podrían atacar nuestras estructuras, porque los reconocería como exógenos y el organismo permite que no acaben de madurar o termina destruyéndolos en un intento de que no existan linfocitos y acaben de liberar anticuerpos que ataquen a nuestras estructuras.
Te dejo por aquí este artículo donde hablo de las herramientas óptimas para enfrentarse a enfermedades autoinmunes: Ver más
¿Qué ocurre con el paso de los años?
Con alteraciones metabólicas endocrinas, con alta exposición a corticoides, fármacos, antibióticos o con exposición a moléculas exógenas, el sistema inmunológico va a escapar al control homeostático que tiene el organismo y se van a empezar a producir anticuerpos.
El sistema inmunológico en este caso va a reconocer estructuras denominadas antígenos proteicos, que son moléculas proteicas que se encuentran en nuestro organismo y va a pensar que son exógenas, por lo que va a liberar alta cantidad de anticuerpos en un intento de aplacar esos antígenos y destruirlos; entonces nuestros tejidos van a empezar a destruirse paulatinamente. Esos linfocitos que reconocen los antígenos, en principio sólo deberían liberar anticuerpos para bacterias, para células tumorales, para cándidas, para hongos, para cualquier tipo de patógeno que entra en nuestro organismo.
Pero vuelvo a repetirte, pueden existir circunstancias donde el sistema inmunológico se equivoque y reconozca nuestras propias estructuras proteicas que hay alrededor de las células pancreáticas, de las vainas de mielina, de las células cardíacas o de las células de la glándula tiroidea.
Puede reconocerlas como externas, liberar anticuerpos y estos anticuerpos adherirse a las estructuras externas, y es ahí cuando comienzan las enfermedades autoinmunes. Las enfermedades autoinmunes están aumentando cada vez más de forma epidemiológica en todo el mundo, hasta un 10% de personas alrededor del mundo tienen algún tipo de enfermedad autoinmune.
Sí que es verdad que la epidemiología nos muestra que en América del Norte y en Europa es donde principalmente se desarrollan las enfermedades autoinmunes. Esto es muy curioso, porque es donde principalmente se han desarrollado nuevas estrategias de alimentación, de exposición a aditivos alimentarios, a fármacos etc. Nuestro estilo de vida occidental es curioso que esté asociado al aumento epidemiológico de enfermedades autoinmunes en los últimos 50 a 60 años, pero no es así en todas las enfermedades.
Por ejemplo la enfermedad de Graves, con un componente también autoinmune, es mucho más alto en incidencia epidemiológicamente en oriente, por tanto aunque en principio hay muchísima más cantidad de enfermedades autoinmunes asociadas al estilo de vida occidental, tampoco podemos reducirlo y decir que simplemente es por el consumo de harinas refinadas o por la exposición de fármacos. Hay muchas variables de las cuales te voy a hablar a continuación.
8 Factores que pueden dar lugar a enfermedades autoinmunes
La genética
El primer factor que puede predisponer a enfermedades autoinmunes es la genética. Aunque existen muchísimos factores alrededor de la expresión de las enfermedades autoinmunes, es conocido que existen genes que pueden condicionar desde el nacimiento a la expresión de algunas enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple, la esclerosis lateral amiotrófica, la colitis ulcerosa o la diabetes tipo 1. Esto principalmente se ha podido estudiar en gemelos.
Se puede observar que hay mayor predisposición si uno de los hermanos ha tenido una enfermedad autoinmune a que el otro hermano también acabe teniendo una expresión de esa misma enfermedad, lo cual nos permite saber cómo existen algunos genes que en muchas ocasiones no son condicionantes, pero sí que van a provocar una predisposición y el caldo de cultivo para que con el resto de factores se pueda generar la expresión de la enfermedad autoinmune.
El sexo
El segundo factor que puede predisponerte a enfermedades autoinmunes es el sexo, si eres una mujer vas a tener más probabilidades de desarrollar enfermedades autoinmunes. Esto básicamente es porque el sistema inmunológico no funciona igual en hombres que en mujeres. En hombres, principalmente encontramos una predisposición a más factores inflamatorios, tenemos más predisposición a desarrollar una inmunosupresión, por eso los hombres son más candidatos a tener infecciones de gripe, de neumonía, infecciones de determinados patógenos, etc.
En las mujeres es al revés, las mujeres tienen una llama inmunológica muy elevada ante los patógenos, con lo que a lo largo de su vida tras cada exposición que van teniendo a pequeños virus, pequeñas bacterias o pequeñas infecciones de orina, la liberación de anticuerpos es cada vez mayor en su vida.
De ahí que muchas mujeres a partir de los 35 o 40 años acaben desarrollando una mayor incidencia de artritis reumatoide, de esclerosis múltiple, etc. Hay bastantes mujeres que pueden llegar a desarrollar anticuerpos positivos contra la glándula tiroidea después del embarazo, dando lugar a una enfermedad de Hashimoto y por ejemplo el lupus eritematoso. Se sabe que por cada hombre que la sufre hasta 10 mujeres la padecen. Esto es un condicionante simplemente por cómo funcionamos inmunológicamente el hombre y la mujer.
Desequilibrios hormonales
Otro factor que puede generar predisposición a enfermedades autoinmunes son los desequilibrios hormonales. Esto lo vemos principalmente en los desequilibrios que se pueden producir en la práctica totalidad de todas las hormonas, pero principalmente en las hormonas sexuales.
En cualquier mujer en la premenopausia y en la menopausia, el ovario deja de liberar de forma eficiente estrógenos, progesterona, etc. Se pueden producir muchos desequilibrios inmunológicos.
El hombre con el paso del tiempo ante la andropausia y la pérdida de testosterona también puede tener alteraciones inmunológicas. Pero principalmente vamos a poder tener una predisposición mayor a enfermedades autoinmunes cuando nuestra cápsula suprarrenal está fallando y los niveles de cortisol y también de hormona DHEA están disminuidos.
Hiperactividad del sistema nervioso simpático
Una hiperactividad excesiva del sistema nervioso simpático puede generar una sobreactividad del sistema nervioso y finalmente una claudicación de la cápsula suprarrenal. Esto es porque estamos acostumbrados a vivir en una sociedad donde vivimos hiperactivados, liberando mucha adrenalina, noradrenalina y dopamina.
Es decir, yo necesito adrenalina para poder entrenar, para hacer una cetosis, para trabajar, para cuidar de mis hijos o para salir el fin de semana. Mi hipófisis, mi hipotálamo y mi cápsula suprarrenal, en un intento de poder levantarme al día siguiente y seguir con ese estilo de vida, va a liberar mucha adrenalina y cortisol en un intento de desinflamarme y poder levantarme a primera hora de la mañana, irme a hacer una hora de aeróbicos, luego desayunar, entrenar por la tarde y además dormir poco (y me va a encantar).
El problema es un exceso de exposición a adrenalina, noradrenalina y dopamina que hacen que mi sistema nervioso esté muy activado, así como el parasimpático (el que se encarga de las actividades vegetativas, de la vejiga, de las funciones gastrointestinales, del descanso, de la liberación de serotonina, etc.).
Eso por un lado, pero por otro a la vez se habla más de la fatiga general, de la fatiga crónica, de la fatiga del sistema nervioso central asociado a que la cápsula suprarrenal llega un momento que ante tanta liberación de cortisol para lograr desinflamar y lograr tirar hacia adelante produce una depresión en el funcionamiento de mi cápsula suprarrenal. No libero corticoides (antiinflamatorios) y esa llama inmunológica escapa al control de mi organismo y es cuando se empiezan a producir mucha cantidad de anticuerpos. Por eso muchas personas en las cuales existe un déficit en la producción de cortisol (cortisol en orina de 24 horas) acaban teniendo una predisposición a liberar anticuerpos que acaban atacándose a sí mismos. Esto es algo que se ha podido observar en deportistas que en los años 70-80 se expusieron a corticoides.
Principalmente se ha visto en las ligas de fútbol profesionales. Se sabe que hubo una tasa de exposición a corticoides mucho más alta que en la población normal y esto ha provocado que actualmente tengamos casos de enfermedades autoinmunes en jugadores de primera división que se expusieron a grandes esfuerzos, a golpes y una alta tasa de sobreentrenamiento que tuvo que ser compensada con corticoides externos. Esto les generó un déficit de producción de cortisol endógeno, dando lugar a enfermedades autoinmunes.
Desequilibrios metabólicos
El quinto factor alrededor de las enfermedades autoinmunes son los desequilibrios metabólicos. Sabemos que cuando existe una inflexibilidad metabólica, una resistencia a la insulina o un síndrome metabólico se habla paralelamente de la inflamación que se produce en el adipocito; a eso se le denomina el adipoinflamación.
Sabemos que el adipocito no es simplemente una célula que acumula triglicéridos y que nos hace engordar, es una célula sintiente que forma parte del sistema endocrino y que cuando se inflama, alrededor de esta resistencia a la insulina, síndrome metabólico o inflexibilidad metabólica libera citoquinas y entra en contacto directamente con el macrófago, haciendo que el macrófago también empiece a expresar una serie de citoquinas, entre ellas el factor de necrosis tumoral alfa. Así que, todas las patologías alrededor del desarrollo del síndrome metabólico, de la diabetes tipo 2, la acumulación de grasa visceral, etc, a largo plazo por esa inflamación y esa elevación de factor de necrosis tumoral alfa va a generar mayor predisposición a enfermedades autoinmunes.
Con todo ello además sabemos que la inflamación a largo plazo puede generar un déficit en la producción de cortisol. A corto plazo liberarás, pero a largo plazo va a provocar un déficit en la producción, así que tendrás todo el caldo de cultivo para ir liberando esa cantidad de anticuerpos que den lugar a esa enfermedad autoinmune.
Desequilibrio del territorio intestinal
Esto es muy evidente, casi todas las enfermedades autoinmunes tienen un componente gastrointestinal. Cuando en consulta ves una persona con enfermedad de Hashimoto, artritis reumatoide, lupus o esclerosis múltiple, casi todas las personas te dicen que
tienen fermentación, digestiones pesadas, etc. Existen muchas enfermedades autoinmunes que además impactan directamente en la zona gastrointestinal como la gastritis autoinmune, colitis ulcerosa, celiaquía o enfermedad de Crohn. El 70% de las células inmunitarias se encuentran en nuestro terreno gastrointestinal, de forma que cualquier alteración en la liberación de enzimas, cualquier impacto en la liberación de ácido clorhídrico o cualquier parada en la eficiencia gastrointestinal que tengamos, evidentemente puede afectar a nuestras células inmunológicas.
Cualquier hiperactividad del sistema nervioso simpático o alteración de biorritmos sin flexibilidad metabólica va a impactar directamente en todas estas funciones gastrointestinales, con lo que todos esos alimentos que estás comiendo en un intento de nutrirte y mejorar tu salud se van a quedar estancados debido a que la hidrólisis, la exposición al ácido clorhídrico, a las sales biliares, la absorción de nutrientes no va a ser eficiente y vas a empezar a fermentar y generar un caldo de cultivo de sobrecrecimiento bacteriano.
Determinados patógenos
El séptimo factor relacionado con las enfermedades autoinmunes son determinados patógenos. Esto es conocido principalmente alrededor del estreptococo, del Epstein Barr, Helicobacter Pilory. Todo este tipo de bacterias o de virus están asociados a determinadas enfermedades autoinmunes, cuando ante una inflamación crónica de bajo grado alargada en el tiempo, el organismo es incapaz de mantener a raya estos virus que pueden generar a su vez una exacerbación en la liberación de anticuerpos, en un intento de luchar contra estos virus y esos anticuerpos se pueden acabar equivocando y atacar a nuestras propias estructuras.
Los xenobióticos
El último factor alrededor de las enfermedades autoinmunes son los xenobióticos. Los xenobióticos son cualquier tipo de factor químico que pueda entrar en contacto con nuestro organismo y que pueda generar alteraciones en el ADN, en el funcionamiento celular, en el funcionamiento inmunológico o endocrino y que pueda conducir a esa inflamación. De hecho, el lupus eritematoso quizás sería la enfermedad autoinmune que más incidencia tiene asociada a exposición a fármacos a lo largo de toda la vida, como los corticoides.
Tendríamos también la deficiencia de vitamina D. Se sabe que personas con concentraciones muy bajas de vitamina D también tienen una predisposición a desarrollar determinadas enfermedades autoinmunes o incluso la exposición a vacunas que falta mucho por estudiar, pero se especula que en personas con cierta predisposición y ante la entrada de antígenos que se encuentran dentro de las vacunas, la reacción inmunológica podría ser tan elevada que se podría generar una predisposición a determinadas enfermedades autoinmunes. Se especula principalmente alrededor de las vacunas en la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide.
Para finalizar…
Cuando hablamos del funcionamiento del sistema inmunológico tenemos que hablar siempre de la búsqueda del equilibrio de todas estas células, linfocitos, monocitos, macrófagos, etc.
Al igual que siempre hablamos de homeostasis, de equilibrio en el sistema hormonal, el sistema nervioso, el sistema emocional o el sistema gastrointestinal, en el sistema inmunológico siempre tenemos que estar jugando entre la inmunosupresión y la hiperactividad que conduzca a enfermedades autoinmunes, intentando siempre llevar a la persona o al paciente al equilibrio donde nuestro sistema inmunológico sea capaz inmediatamente de reconocer patógenos externos para atacarlos y aplacar, ya sea el virus de la gripe, o bacterias patógenas e intentar que nuestro sistema inmunológico no libere gran cantidad de anticuerpos que acaben equivocándose y atacando a nuestras propias estructuras.