Entrar en los 40 años parece significar introducirnos en una etapa donde se empieza a padecer dolor, inflamación y comienzan a surgir diferentes patologías cardiovasculares, neuronales, etc. Es por esto que muchas personas que entran a los cuarenta años se empiezan a preocupar por su estado de salud; hoy te voy a hablar de 7 herramientas para mejorar la salud a partir de los 40 años.
La meta desde el punto de vista médico es encontrar un conjunto de terapias dirigidas al abordaje de patologías cardiovasculares, patologías oncológicas, inflamatorias, etc. Pero también es evitar enfermedades a largo plazo y mejorar tu calidad de vida. Es por ello por lo que a partir de los 40 años muchos de vosotros buscáis herramientas alrededor de la nutrición, del deporte, de terapias psicológicas y en definitiva una medicina integral que te permita recuperar la salud que te sentías a los 25 años.
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7 Herramientas para mejorar la salud a partir de los 40 años.
Nutrición equilibrada:
A partir de los 30 años se va perdiendo la sensibilidad a la insulina (capacidad que existe en los receptores periféricos a la insulina a nivel muscular que te permiten exponerte a las cargas glucémicas con poca cantidad de insulina ya que ellos son sensibles a estos).
A través de los años y debido a la constante exposición a harinas refinadas, hidratos de carbono de alto índice glucémico, pérdida de masa muscular, sedentarismo, desequilibrios, nervios, emociones, exceso de liberación de adrenalina, de cortisol y alteraciones a nuestra flora intestinal, nuestro metabolismo paga las consecuencias.
En general nuestras vidas estresadas generan muchas alteraciones metabólicas que causan resistencia a la insulina, la cual da lugar al síndrome metabólico que te predispone a diabetes tipo 2, patologías cardiovasculares, neurovasculares e inflamación crónica de bajo grado. Al mismo tiempo esto también provoca síndrome de fatiga, cansancio, hipersensibilidad, pequeñas depresiones y otras expresiones sintomatológicas de nuestro organismo asociados al componente metabólico referente a la sensibilidad a la insulina.
Es por ello que la nutrición que debes mantener en este punto de tu vida debe orientarse a incluir proteínas de calidad para mantener tu músculo, grasas esenciales y vigilar las cargas glucémicas; también tenemos que incorporar la mayor cantidad de plantas posibles que nos aporten polifenoles, antioxidantes y fitonutrientes que ayudan a impulsar la capacidad antioxidante de nuestro cuerpo.
Ejercicio Físico:
Es muy importante en este punto de la vida hacer un balance entre el ejercicio aeróbico y anaeróbico . Sabemos que el ejercicio aeróbico está centrado en impulsar tu capacidad cardiopulmonar y tu quema de calorías, pero es importante que no te pases.
A partir de los 35 años, la capacidad anabólica tanto en hombres como mujeres empieza a perderse ya que hay un descenso del colesterol, de la testosterona y la DHEA, por lo que si haces grandes cantidades de este tipo de ejercicio estás creando un caldo de cultivo inflamatorio por la elevación de citoquinas, adrenalina constante y cortisol, así como también un catabolismo muscular.
Todo esto altera tu metabolismo y es por eso que debes realizar este tipo de ejercicio con moderación, que te permite quemar suficientes calorías, que facilite la liberación de catecolaminas y combinarlo con ejercicio anaeróbico que te ayude a mejorar tu masa muscular.
Esto es clave para que en el futuro puedas evitar la sarcopenia y la osteoporosis. Si eres mayor de 65 años, puedes seguir fabricando masa muscular, solo tienes que empezar poco a poco.
Vigila tus biorritmos:
A partir de los 35 años nuestra cápsula suprarrenal ha sufrido, ya no tenemos la misma capacidad para adaptarnos al estrés físico y emocional. Cada vez tenemos más impactos inflamatorios que hacen que nuestros biorritmos no sean respetados.
Es por ello que la modulación hormonal es muy importante; acostúmbrate a hacer ayuno para que nuestro sistema nervioso simpático se active correctamente por la mañana, libere dopamina y adrenalina, y sobre todo para que tu organismo esté activo.
Aprende a mejorar tus biorritmos con estas herramientas CLAVE.
Acostúmbrate también a tener exposiciones periódicas al sol (controladas) para que puedas absorber Vitamina D y que los biorritmos se empiecen a modular correctamente. Si además con todo esto descansas correctamente, tendrás un sueño reparador, secretando serotonina, melatonina, hormona de crecimiento, y además regenerarán tejidos y podrás prevenir el envejecimiento prematuro.
Descanso:
Es importante saber controlar nuestros biorritmos, pero también es vital saber parar cuando llevas un ritmo frenético de vida. Cada vez son más los pacientes atletas, empresarios, o simplemente personas que han sido muy competentes a lo largo de su vida que llegan a los 40 años con sensación de que no son lo que eran antes, pero esto pasa muchas veces porque nadie les ha explicado cómo parar, o simplemente cómo descansar.
Todo esto va a tener un alto impacto, tu cuerpo va a estar todo el tiempo hiperactivo, hay secreción constante de adrenalina, pérdida de biorritmos y sueño, exceso de cortisol, inmunosupresión, pérdida de hormonas sexuales. Es por ello que al llegar a esta edad es importante la orientación de un profesional que pueda evaluar tus analíticas y vigilar tus hormonas. Aprende a parar y a darte tu tiempo.
Hormonoterapia:
A partir de los 40 años pueden surgir muchos problemas a causa del declive hormonal. Por ejemplo, las mujeres liberan menos hormonas tiroideas sobre todo las que han sido madres, pudiendo desarrollarse un hipotiroidismo subclínico. A partir de los 40 años, se desploma la DHEA (hormona que nos ayuda a equilibrar el cortisol).
La DHEA y la neuroplasticidad que tenemos a los 25 años, son las que nos permiten adaptarnos a todas las situaciones de estrés, pero cuando llegamos a los 40 años la cápsula suprarrenal ya no es tan competente, y tanto el hombre como la mujer entra en un período de climaterio, donde caen los niveles de estradiol, estriol, progesterona, pregnenolona y testosterona.
Todo esto da pie a la aparición de patologías inmunes, depresiones y problemas metabólicos. Para esto podemos instaurar tratamientos a través de la alimentación o terapia externa con hormonas bioidénticas.
Suplementación:
De nada te sirve incorporar un esquema de suplementación si nuestra alimentación, ejercicio y descanso no están controlados. Sí es cierto que a través de la suplementación se puede llegar a potenciar todo lo mencionado anteriormente y ayudarte a prevenir patologías y el envejecimiento precoz.
Entre los suplementos naturales podemos incorporar minerales (fórmula de electrolitos más sodio y potasio), agua de mar, aminoácidos esenciales (fermentación vegetal). También podemos incorporar los adaptógenos como la ashwagandha, rhodiola, el ginseng, eleuterococo, etc. Todos estos ayudan a modular el estrés. Sensibilizadores a la insulina también pueden ser incorporados pudiendo ser en forma de canela, berberina, ácido alfa lipoico, melón amargo, nicotinamida (facilita la biogénesis mitocondrial y alargamiento de los telómeros).
Luego tenemos los fármacos antienvejecimiento, podemos mencionar a la aspirina que ayuda a evitar la agregación plaquetaria y la metformina, que es el fármaco que te permite sensibilizar a la insulina . Estos dos últimos deben ser recetados y controlados por un equipo médico-nutricional.
Equilibrio emocional:
Debemos mantener un balance emocional para poder llegar a los 40 años con la mayor salud sostenible. Ponte en manos de un terapeuta para que puedas mantenerte y empoderarte en esta nueva etapa de tu vida.
No te preocupes si estas llegando a los 40, solo tienes que ocuparte de mantener en equilibrio las funciones metabólicas cambiantes de tu organismo para que tu calidad de vida sea sostenible en el largo plazo y así poder mejorar la salud.
