El equilibrio del sistema hormonal es muy importante para el buen funcionamiento del organismo, ya que participa en la regulación del metabolismo celular, en el balance de la composición corporal, en la función sexual y reproductiva y también en el rendimiento deportivo.
Por otro lado, los beneficios que se pueden obtener de una alimentación equilibrada y personalizada, van a estar íntimamente relacionados con un adecuado funcionamiento del sistema endocrino.
¿Cuáles son las principales hormonas que influyen en el metabolismo?
La insulina:
Es la “llave” metabólica que permite disminuir el nivel de azúcar en la sangre y estimular el metabolismo de la glucosa, las proteínas y las grasas. Es de vital importancia para el control de la producción de masa muscular y creación de tejido, y a la vez para la pérdida de masa grasa y mejorar la composición corporal.
Esta hormona es secretada por el páncreas después de las comidas, permitiendo llevar la glucosa a las células. Cuando la insulina no puede realizar bien su trabajo, por exceso de azúcar en sangre, se genera resistencia a la insulina, y para compensar el páncreas comienza a producir más cantidad de esta hormona, generándose hiperinsulinemia. Todo este desequilibrio predispone a desórdenes metabólicos, que conducen a provocar: inflamación crónica de bajo grado, retención de líquido, acumulación de grasa visceral y aumento de peso, incrementando la probabilidad de enfermedad cardiovascular.
Las Hormonas Tiroideas (TSH):
Estas hormonas controlan el ritmo de muchas actividades del cuerpo, y están involucradas en los procesos metabólicos, ayudando al cuerpo a utilizar energía. Son liberadas por la glándula tiroidea, la cual se encuentra en la base del cuello, y produce un 90-95 % de Tiroxina (T4), y muy poca cantidad de Triyodotironina (T3, la fracción hormonal activa). La T4 una vez en sangre tiene que convertirse en T3, lo cual va a ayudar a disminuir la inflamación, eliminar los líquidos, acelerar la oxidación de grasas, activar el eje hormonal y favorecer a la liberación de catecolaminas (la adrenalina, la dopamina, y la noradrenalina), y la activación de las placas neuromusculares.
Por otro lado, niveles bajos de hormonas tiroideas (hipotiroidismo subclínico) genera desórdenes en el organismo, manifestando diferentes signos y síntomas tales como: aumento de peso, edemas en los ojos, cansancio, piel seca, estreñimiento, ralentización del metabolismo y dificultad para el descenso de peso, mayor sensibilidad al frío, etc. Es muy importante equilibrar y reponer la carencia de estas hormonas, utilizando herramientas que favorezcan a su actividad, y si es necesario suministrar ciertos fármacos, según prescripción médica.
El Cortisol:
Es una hormona segregada por la corteza suprarrenal. Regula la presión arterial, el metabolismo de la glucosa y las respuestas fisiológicas al estrés. Es de vital importancia para poder levantarse por la mañana, disminuir la inflamación, y enfrentar el estrés físico y emocional de la vida cotidiana.
Vivimos en un mundo acelerado, muchas veces con niveles de estrés demasiado elevados, y el organismo compensa produciendo mayor cantidad de cortisol. Esta hormona se eleva aún más en personas que entrenan demasiado, presentan déficit calórico-proteico y carencias de grasas esenciales, con ciclos nocturnos alterados y mal descanso, provocándoles una alteración en el metabolismo (neoglucogénesis), y dando lugar al catabolismo muscular (pérdida de masa muscular).
Es fundamental tener en cuenta que, aunque una persona mantenga una dieta equilibrada y haga ejercicio de fuerza muscular frecuente, sus niveles de cortisol se encuentren muy elevados, y va a perder masa muscular y será muy difícil generarla. Además, con el paso del tiempo, el metabolismo basal va disminuyendo, dificultando el gasto de energía en reposo, el control de peso y el de la composición corporal.
¿Quieres aprender más acerca de esta hormona?
Cortisol: Qué es Y Cómo controlarla
La Testosterona:
Es una hormona androgénica muy importante, tanto para hombres como para mujeres. Los andrógenos, básicamente la testosterona, son segregados por los testículos, pero también por los ovarios en la mujer, y por la corteza suprarrenal en pequeñas cantidades.
Es fundamental tener niveles adecuados de dicha hormona, ya que con el paso del tiempo disminuye (alrededor de los 35-40 años), y si no está controlada, se va perdiendo la capacidad de sostener la masa muscular y de hacer ejercicio de fuerza (hipertrofia).
Además, la disminución de la mineralización ósea y de la actividad metabólica basal, van a generar alteraciones en la composición corporal, acumulación de grasa a nivel abdominal, produciendo menor sensibilidad a la insulina y dificultades para la pérdida de peso.
La Prolactina:
Es una hormona que al igual que el cortisol permite enfrentarnos a situaciones de estrés. Cuando sus niveles están elevados, producen un impacto muy negativo sobre el metabolismo, generando pérdida de masa muscular, retención de líquidos y disminución de la tasa metabólica basal.
La prolactina, al ser una hormona secretada por la hipófisis, puede generar inhibición de dos ejes hormonales: el eje tiroideo y el eje sexual. Esto va a provocar por un lado, un desorden a nivel de la hormona tiroidea (TSH) y sus consecuencias mencionadas anteriormente. Por otro lado, que el hombre no pueda liberar testosterona, y que la mujer tenga amenorrea (ausencia de la menstruación), e inhibición de la producción de estrógenos y progesterona, dando lugar a ovulaciones irregulares o anovulación.
La Melatonina:
Es una hormona liberada por la glándula pineal, que ayuda a entrar en un sueño profundo, favoreciendo a un buen descanso nocturno. Además, tiene propiedades antioxidantes que permiten enfrentar a los radicales libres, y modular los ciclos biológicos de vigilia-sueño.
Actualmente existen muchos estudios donde se observa que niveles de melatonina elevada en tiempo prolongado, puede generar alteraciones en el metabolismo, principalmente en dos circunstancias. Por un lado se puede producir una disminución en la liberación de GnrH, que es la hormona hipotalámica liberadora de gonadotropina, la cual permite que la hipófisis segregue hormona Luteinizante (LH) y hormona Folículo Estimulante (FSH). De esta manera se produce una inhibición de la hipófisis en cuanto a la liberación correcta de las hormonas sexuales y en consecuencia el impacto en el metabolismo.
Por otro lado, se ha observado de forma recurrente, sobre todo en personas que tienen algunos polimorfismos genéticos, que altas dosis de melatonina puede generar hiperglucemias matutinas, incluso sin haber ingerido hidratos de carbono por la noche o estando haciendo cetosis. En estas condiciones puede desarrollarse resistencia a la insulina, y verse afectada la pérdida de grasa, la composición corporal, el control calórico y de macronutrientes, etc.
Conclusión
El sistema hormonal necesita equilibrio y armonía, y para ello es fundamental la gestión del estrés. Además, es muy importante que se realicen exámenes adecuados para poder vigilar y controlar los niveles de las diferentes hormonas, ya que sus alteraciones pueden generar un impacto negativo en el funcionamiento del metabolismo y la salud integral de las personas.